
Ingredientes: 400 gramos de harina de trigo
20 gramos de
levadura de cerveza, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, sal; salsa de tomate, mozzarella italiana.
Eche la harina en una superficie de madera, haga la
forma de un volcán y eche en el centro agua tibia en la que habrá
disuelto la levadura y una cucharadita de sal. La masa hecha en
casa resulta demasiado crujiente, hay quien para hacerla más suave
añade un poco de leche. Tenga cuidado porque debe echar el agua poco a
poco y entretanto mezclar la harina hasta que adquiera consistencia.
Eche
poca agua y trabaje duro para amalgar. Si el agua es mucha el resultado
final será pésimo. Normalmente para amalgamar toda la harina no debe
usar más de una vaso de agua (un vaso de tamaño pequeño...).
Tendrá que amasar durante mucho tiempo hasta que la masa no esté
perfectamente lisa y homogénea.
Cuando la masa sea uniforme y suave, póngala en una bandeja, cúbrala con
un trapo y déjela descansar durante un par de horas (o hasta que su
volumen alcance el doble del volumen originario). Póngala a descansar en
un lugar que no sea frío, por ejemplo el horno (apagado).
Cuando la masa esté hecha, extiéndala con un rodillo.
Aderécela con la salsa de tomate y la mozzarella cortada en trocitos
pequeños, añada una pizca de sal y abundante aceite encima.
Ponga
todo en una bandeja untada de aceite (como alternativa puede usar harina,
lo que le da más sabor a la pizza) y hornee.
El horno debe estar muy caliente (180°-200°). Cueza durante 20-25 minutos. Si le
gusta ser preciso, 5 minutos antes de quitar la pizza del horno, añada
más mozzarella en trocitos.
Antes de servir, añada dos hojitas de albahaca encima.
Buen provecho!