En la repostería sefardí son un
clásico los pasteles de naranja con almendra. Los descendientes de los judíos
expulsados de la península llevan haciendo este pastel durante siglos. Aparte
de no llevar harina (buena noticia para los celíacos) lo que caracteriza a este
pastel es la incorporación de la naranja después de haber sido cocida y
triturada. La piel de la naranja le da un sabor amargo muy apropiado en un
pastel con tanta almendra y azúcar. El añadido de la salsa de chocolate, que lo
hace más postre y menos bizcocho, culmina una combinación redonda, aunque se
puede prescindir de ella para deleitarnos con una versión más ligera de dicho
pastel.
Ingredientes para el bizcocho:
Una mandarina grande
o una naranja mediana.
6 huevos.250 grs. de azúcar.
250 grs. de almendra molida.
Una cucharadita de levadura química.
Mantequilla.
Azúcar molida.
Ingredientes para la salsa:
150 grs. de chocolate negro.
100 ml. de nata líquida.
100 ml. de agua.
Cuece la mandarina o la naranja sin
pelar en agua durante veinte minutos. Cambia el agua y cuece durante unos
quince minutos más. Resérvala.
Precalienta el horno a 250º. Bate
los huevos con el azúcar, incorpora la almendra y la levadura y mézclalo todo.
Corta la mandarina por la mitad para quitarle las pepitas si las tuviera.
Tritúrala con piel incluida y añádela a la masa. Bátelo todo.
Unta un molde redondo de unos
veinticinco centímetros o ponle un papel para horno, vierte la masa y hornea a
190º durante unos 50 minutos. Luego déjalo enfriar.
Prepara la salsa de chocolate
calentando la nata con el agua. Cuando hierva, retírala del fuego y disuelve en
ella el chocolate triturado.
Desmolda el bizcocho, espolvoréalo
con azúcar molida y sírvelo con la salsa de chocolate templada.
¡Sencillamente delicioso!
¡Sencillamente delicioso!